Tenemos muy claro que la sociedad en su conjunto reconoce que no estamos haciendo bien las cosas, que debemos cambiar el rumbo. Cada día con más fuerza, los ciudadanos declaran su preocupación por la deriva que la situación mundial está tomando y piden un cambio en la manera de ver y hacer. La cercanía de este cambio en la manera de ver y hacer las cosas lo explica la sola evolución de los Objetivos del Desarrollo del Milenio – ODM, hacia los Objetivos del Desarrollo Sostenible – ODS. Los primeros se centraban en los síntomas de la agenda social y los segundos se centran en las causas básicas de los problemas para un desarrollo sostenible, en lo económico, lo social y lo ambiental.
La visión de los ODS como metas, el Dictamen del CESE como aval y las propuestas de la Economía del Bien Común como herramientas estratégicas, hacen que nuestras esperanzas crezcan y se asienten, en la confirmación de que son la respuesta a la demanda cada vez más creciente de la sociedad hacia la necesidad de un cambio en el sistema hacia el Bien Común. Preguntémonos sino ¿de qué iban a haber salido estas propuestas? Sin duda alguna esto nos confirma algo que la EBC defiende: que es el pueblo soberano el que puede y debe cambiar las cosas.